jueves, 31 de octubre de 2013

MIAMI: EL CIRCO DE LOS ALCALDES YA ESTA DE VUELTA


                     Por Guillermo Alvarez

        Se abren las cortinas y comienza el show. Los payasos salen a la pista disfrazados de ALCALDES,  pero sin sus habituales narices rojas. Y en tantos ponderan sus virtudes y se auto proponen para un nuevo periodo electoral, empiezan al mismo tiempo a " despellejar" a sus rivales ante los ojos ya acostumbrados, de los televidentes en el Sur de la Florida.
      Habituados a observar los desafíos públicos,  los votantes ni siquiera se inmutan, pues mientras tres alcaldes de Miami esperan les terminen el traje del presidio, uno esta en capilla ardiente, a la guarda igualmente que un  juez determine si serán sancionados o no...
        Es otra burla para la ciudadanía en general y para quienes hacen largas filas a la espera de que su nuevo elegido para ocupar un puesto en el  Ayuntamiento al cual corresponden, esta vez no les falle. Lo que nadie sabe es, si al final, su nuevo representante elegido seguirá el camino de la honestidad o terminara en un nuevo despacho sin ventanas a la calle y con grandes rejas de hierro por puertas.
   La nueva bufonada comenzó en agosto pasado, cuando el Buro Federal de Investigaciones (FBI), por sus siglas en ingles, arresto al entonces Alcalde de Swetwater, Manny Maroño, junto con el alcalde de Miami Lakes y otros dos cabilderos, en un operación encubierta, acusados de recibir sobornos de una empresa fantasma.
     Tras varios dias de dimes y diretes y de acuerdo con un documento presentado en la corte federal, Maroño y uno de los cabilderos, Jorge Forte, se proponen cambiar ahora sus declaraciones iniciales de "inocentes" a culpables, por un cargo de "Conspiración para cometer fraudes", por el cual pasarían cinco años en una prisión federal.
     Por si  la corrupción fuera poca, a comienzos de septiembre el sargento interino Reny García y el Detective Octavio Oliu, fueron separados de sus cargos, como parte de una investigación federal y una semana antes de estos, el FBI puso bajo las sombras al Detective William García, por  cargos de fraudes  con tarjetas de créditos y robo de identidad.
    Para completar, ahora es denunciada la Alcaldía de Swetwater por la perdida de autos que eran remolcados por una Empresa de grúas, cuando eran encontrados con drogas a bordo u otras causas, que aparecen como vendidos en subastas o transferidos a propiedad de la misma policia de esa ciudad, encargada del "remolque" de los vehículos.
    Al respecto,  el colega Daniel Shoer Roth publico en su columna del Herald en español que: "A buena hora se acaba el jolgorio en el Ayuntamiento. Las autoridades federales han llenado de agua el caldero y encendido el fuego; han prendido la masa y calentado el horno, de cuya boca emanan grandes llamas. El Gobierno de la ciudad se asa detrás de la puerta de hierro".
    Tras el arresto del Alcalde se abrió "la Caja de Pandora", de la que surge, ademas de un programa fantasma avalado con fondos federales, que la familia Maroño tiene suficientes personas, tal vez, conocedoras de algunas "irregularidades": La mama de Manny es comisionada en el mismo lugar donde su hijo era Alcalde; la esposa Jennifer Muñoz, coordinadora de eventos especiales y anteriormente un tio, Antero Espinoza, director de mantenimiento en el mismo edificio.  Hasta ahora ningún familiar ha sido vinculado con los fraudes.
     Entre tanto, el Alcalde de Hialeah promete demandar a su opositor, Julio Martinez, para que regrese los gastos legales en que incurrió la ciudad para defenderse de una demanda por presunta violación, de la ley de transparencia gubernamental
            Pero cual es el quid del asunto, que en la mayoría de los casos los políticos acusados y sancionados por corruptos, una vez cumplidas sus penas, vuelven a auto proponerse para los puestos de donde salieron como vulgares ladrones. Y no seria extraño que algún día en el futuro, aparezcan en la alfombra roja del Congreso o el Senado de la Nación. Siempre sobraran incautos que votarían por ellos.
         Como tampoco seria extraño en que en un futuro se convirtieran en los primeros inversionistas en su país de origen, Cuba, donde dudo puedan desangrar su pueblo.

   

lunes, 28 de octubre de 2013

NIñOS EN LAS CALLES: PELIGRAN LOS AUTOS

              Por Guillermo Alvarez

       Uno de los espectáculos mas tristes, entre los tantos que  ya tiene Miami, en el Sur de la Florida, es ver niños estudiantes de secundaria básica "jugandose" la vida entre autos, camiones, motos y cualquier tipo de vehículos  para lograr fondos con que asistir a un  encuentro deportivo.
    (Las otras "funciones" a las que me refiero  es la cantidad de mendigos en las calles, que aumentan paulatinamente, pero por ahora, no es el caso). 
      Ocurre cualquier día de la semana, fundamentalmente sábados y domingos, mientras los preparadores los miran desde las aceras, como se miran a los toros detrás de la barrera, aunque con ello no resuelvan nada en caso de que  un lamentable accidente ocurra en las vías.
      Preguntarles por que piden dinero con sus cascos del mal llamado fútbol, es perder el tiempo; como mismo lo pierden ellos, ademas de lo apuntado primero, porque al final de la jornada regresan al colegio con alguna que otra monedita que no solventa ni el pago de una hamburguesa, mucho menos los pasajes para llegar a ningún lugar. Digo lo del fútbol porque para los americanos el verdadero FUTBOL (balompie), es nominado como SOCCER. 
     Muchas veces he bajado la ventanilla de mi auto cuando alguno se me acerca con sus caritas de mendigos amaestrados y les he preguntado: "Porque no les piden dinero al Alcalde?...", para tener por respuesta una mirada vacía  como quien no sabe lo que hace ni por que. 
     Y en efecto, no saben lo que hacen. Primero, arriesgan la vida, porque en una de las ciudades donde mayor cantidad de coches ruedan en los Estados Unidos, junto con Los Ángeles y Nueva York y donde peor se maneja según datos oficiales, es algo mas que un alto riesgo, caminar entre tan intenso y seguido trafico.
     Si el conductor de  un carruaje de cualquier tipo, desde un palanquín  un trineo, una moto hasta una enorme rastra, roza nada mas a un muchacho, es suficiente para meterse en un gran problema al margen del tamaño del daño. 
     Pero es como si a nadie le importara el asunto; jamas he visto a un oficial, o cualquier otra autoridad retirándolos de las calles, cuando pueden hacerlo, porque no es lo mismo los niños que venden agua, frutas o limpian vidrios en plenas rutas de ciertos países latinoamericanos para ganarse la vida.
     Y pienso que los primeros culpables son las legislaturas que nunca se han detenido a analizar este fenómeno y segundo los funcionarios escolares, que permiten sacar los niños a las calles.
    Si al menos hicieran lo que otros, que colocan un cars wash (un lavadero de autos) dentro del área en un centro comercial, aunque no deja de ser peligroso, mientras las niñas con "chores" o pantalones bien corticos anuncian desde las aceras portando cartelones que se friegan carros, el riesgo no es el mismo.
      Pero tal parece como si fuera a la inversa, los vehículos  quienes soportan  mas peligros que los niños en las calles. Porque ante un lamentable accidente, por pequeño que sea, sufrirán los inocentes, pero pagaran los conductores.