miércoles, 29 de enero de 2014

...ENTONCES MARTI, SEGUIRIA LUCHANDO POR EL BIEN DE TODOS LOS CUBANOS.

                                Por Guillermo Alvarez

    Ahora que recordamos la fecha del natalicio de nuestro Jose Marti (La habana, Cuba, Enero 28 de 1853), del  mas que político republicano, pensador, periodista y filosofo, fundador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la guerra del 95, o "guerra necesaria", la pregunta es: Como seria Marti si hubiera alcanzado nuestra época?.
     De seguro que de hombre tan honesto  y sincero -- como de "Donde creen las palmas"--, hubiera pedido la palabra en tantos y tantos actos donde se le menciona sin su permiso, para aclarar que sus propuestas,  siempre estuvieron bien distantes, de quienes lo usan dentro y fuera de Cuba, lo mismo para colocar en su boca frases que nunca dijo o para intelectualizar sus pensamientos, entre guerras y combates.
    Por su visión política se le ubica como liberal y demócrata y en su obra se destacan tres aspectos básicos como primicias:  La Unidad de todos los cubanos en el proyecto cívico republicano despues de la guerra; finalizar el dominio colonial español y evitar la expansión de los Estados Unidos de América sobre nuestra nacion.
     Y fueron estos tres conceptos, los que le valieron el mayor prestigio alcanzado entre la mayoría de sus compatriotas.
     Pero si en Cuba han aparecido en grandes vallas o carteles frases que jamas pronuncio, en el exilio algunos  cubanos lo tomaron como punto de lanza contra sus propios compatriotas de la Isla.
     Marti no fue en Cuba, el autor intelectual de nada. Y si por firmar el 29 de enero de 1895, la orden de alzamiento,  junto con los  coroneles Mayia Rodriguez --como representante del generalísimo Máximo Gomez -- y Enrique  Collazo --, delegado de los patriotas de la Isla--, se le considera un guerrero puro, nada mas lejos de la verdad histórica.
     Porque a pesar del fracaso del plan, consistente en llevar a los cubanos a una guerra corta, con el menor desgaste posible, se había dedicado entre 1893-1894 a recorrer varios piases de América y ciudades de los Estados Unidos, contactando y uniendo a los principales jefes de la guerra del 68 y a los mas jóvenes patriotas para una nueva contienda.
     Tras el desembarco junto a Máximo Gomez por Playitas de Cajobabo, en Baracoa, al noroeste de la antigua provincia de Oriente, el 11 de abril de 1895 y contactar a las fuerzas del Comandante Feliz Ruenes, los lideres alli reunidos, a la propuesta de Gomez, le confirieron el grado de Mayor General, por sus méritos y servicios prestados.
    Pero su humildad lo llevo a continuar su postura de vivir como un civil mas. Y dejar los altos honores a Maximo Gomez, único en ostentar el grado de GENERALISIMO, para conducir la guerra. Jamas se coloco un uniforme con las estrellas correspondientes al rango otorgado. Esas pertenecían, considero siempre, a figuras de la talla de los generales Antonio y Jose Maceo y de los  Mayor General Ignacio Agramonte,  y Bartolome Maso entre otros.
      Y aunque en muchos lugares de nuestra América existen monumentos que honran su nombre  (uno de los mas bellos, en el Central Park de Nueva York),  en ninguno se le ve con vestimentas con charreteras, sino su típico traje negro, con el cual cayo combatiendo el 19 de mayo de 1895 por la independencia de Cuba, en un sublime acto de modestia, al demostrar que no solo sabia escribir, o pensar, sino dando su ejemplo al ofrendar su propia vida.
      Pero de lo que si estoy seguro es que tal vez a estas alturas, viviría en una casita modesta, sin automóviles de lujo, ni computadoras ni teléfonos celulares, sin otras escoltas que su mismísimo asistente Ángel de la Guardia, quien cayo a su lado,  sino escribiendo con su pluma sus brillantes imágenes respecto a como debe ser Cuba en verdad, proponiendo ideas, pero no imponiendo su voluntad. Así seria ahora nuestro Marti, en la mayor batalla por la que el lucho: "Por el bien de todos los cubanos".