miércoles, 28 de agosto de 2013

CUBA HAY UNA SOLA: LA DE LA ISLA...

                       Por Guillermo Alvarez


      Me tomo el atrevimiento de inmiscuirme en un tema tocado por el colega Alejandro Armengol, en la edición del pasado 26 de agosto de "El Nuevo Herald", bajo el titulo de DOS CUBAS, en relación a un reportaje de Ruiz Ferreira, en el diario Español "El Pais". El tema versa en torno a los niños cubanos que residen en Miami y son enviados a Cuba en épocas de vacaciones por sus padres.
     Si en algo estoy de acuerdo con Armengol, es un párrafo donde dice (y cito): "Se puede argumentar y discutir sobre estas ventajas, pero lo que queda claro es que se trata de una nueva opción, que en buena medida sirve de ejemplo a la hora de caracterizar la realidad de la comunidad cubana en Miami: las fronteras entre esta ciudad y la Isla son cada vez mas porosas.
      En los últimos años, añade, "los cubanos han estado inmigrando a un promedio anual de 39 mil personas --según fuentes oficiales--, el promedio mas alto desde la llegada de Fidel  Castro al poder".
     Pero como quiera que la medida ha causado reacciones (como casi siempre), entre los que se oponen a todo  lo que pueda resultar beneficioso para nuestros coterraneos en La Isla, el periodista del "El Nuevo Herald", destaca en su trabajo que:
      "Por supuesto que esa brigada de respuesta rápida que mantienen algunos cubanos que viven en Estados Unidos, ya ha redoblado la petición de que se deben revisar las solicitudes de residencia y naturalización de esos padres y colocarlos en listas para ser deportados. Si la estulticia no fuera tan enorme entre quienes así comentan, deberían ser considerados simplemente malvados --y por que no?--, lo son, al igual que es malvada e idiota la respuesta rencorosa de quien le echa la culpa de todo a la actual administración y suspira por un próximo Presidente que reduzca al mínimo, o elimine los viajes y remesas". (Hasta aquí su cita).
     Primero, no es menos cierto que muchos cubanos que emigraron a Estados Unidos a principios de 1959 y en los años siguientes de la década de los 60, lo hicieron dejando atrás unos a padres y otros a hijos, incluidas esposos o esposas, sin saber cuando volverían a verlos (o no verlos jamas). Y de esas personas hay muchos que se marcharon ya de este mundo sin haber vuelto a la tierra que los vio nacer, mientras los mas jóvenes que ya pasan de las seis décadas de edad, no tienen el menos interés en hacerlo. Valga recordar que durante esos años, conseguir una llamada telefónica desde Cuba era mas difícil que atravesar el Amazonas a nado sin que se comieran a cualquiera las pirañas.
       De otro lado, mucho de los inmigrantes actuales llegan con el slogan de "perseguidos políticos" y los hay que hasta antes de cumplir el primer año ya están de regreso. Entonces esas situaciones no deben considerarse políticas, sino hipócritas y en todo caso, económicas.
     Creo que cada padre tiene el derecho e enviar en vacaciones a sus hijos al Tibet, a Kuala Lumpur o la Polinesia, pero ademas, sabrán quienes condenan estas decisiones que resulta mas barato enviar un niño a Cuba con $300.00 dolares en los bolsillos para la familia que lo recibe que pagar un "Day care" (una casa de cuidados diario estilo a los Círculos Infantiles en Cuba)?.
      En los momentos actuales, en que la economía en los Estados Unidos crece lentamente, los salarios no aumentan, pero si el precio de la gasolina y de los alimentos cada día mas, me parece que no es criticable la opcion de quienes así lo hacen.
    Por supuesto que para aquellos a los que me referí primero--que nunca regresaron, porque se lo impidieron del lado de allá, o decidieron no hacerlo mas--, estos viajes de ida y vuelta de niños venidos con sus padres a un país que los recoge como "emigrantes", no es visto con buenos ojos. Pero tampoco podemos impedírselos, por cuanto uno o dos meses de vacaciones en Cuba resultan mas barato que pagar $20.00 diarios por cuidar un niño de lunes a viernes o hasta $100.00 dolares semanales en el verano, cuando finalicen las clases, en Miami.
   Lo que si hay que acabar de definir es, a quien se le otorga el estatus de emigrante por razones políticas y a quienes como "turistas legales". Me parece que aunque vivimos en un país demócrata, donde cada cual tiene el derecho a opinar, al mismo tiempo ello no le otorga la razón ni a quienes se oponen ahora a la "Ley de ajuste cubano" ni a quienes la apoyan. Pero de que hay que revisarla, no me queda la menor duda. Cuba es una sola, pero los cubanos lamentablemente estamos mas divididos que un melón picado a la mitad.
 


   

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